A ti, mi Buenaventura – Eu Aid Volunteers

Por Neva Rubio

Más que un artículo, este escrito es un intento de poder poner en palabras todo lo que he vivido durante estos dos primeros meses de experiencia personal y profesional en Buenaventura.

Diría que Tura, como la llaman los y las buenaverenses, es la perfecta representación de la complejidad que caracteriza a Colombia. Esta ciudad, situada en la costa del departamento del Valle del Cauca, tiene el puerto más importante del país, y por todos los recursos e intercambios económicos que eso conlleva, la gente de Buenaventura debería vivir con mucho más que las necesidades básicas cubiertas. Deberían vivir sabroso, como así lo llaman.

 

Sin embargo, y resumiéndolo de forma muy simplificada, la corrupción, las secuelas del conflicto armado – que aun perdura –, el narcotráfico y la presencia de grupos armados hace que los índices de inseguridad sean demasiado altos, y la pobreza en los barrios brille por su cotidianidad. Las niñas y los niños están expuestos a la explotación sexual y al reclutamiento forzado. En pocas palabras, la libertad y la seguridad de los y las ciudadanas buenaverenses está en la cuerda floja todos los días.

 

Dentro de este triste contexto, Buenaventura tiene algo muy especial: su gente, su cultura, y sus ganas de disfrutar de la vida. El Pacífico Colombiano respira sabrosura, viche, currulao y mucho arte. Sus playas de arena negra y selva inspiran misticismo, y su ancestralidad vibra en cada toque de marimba.

 

Gracias a mi experiencia como voluntaria en comunicación estoy pudiendo conocer la realidad de los barrios urbanos y rurales, dándome cuenta de la necesidad real de trabajar con los niños y niñas para que puedan soñar y construir un futuro digno, admirando la capacidad de resiliencia de las familias desplazadas de sus propias comunidades, y tomando consciencia de su lucha diaria por vivir con alegría.

 

No quisiera terminar este pedacito de mi experiencia sin agradecer al equipo de Alianza por la Solidaridad de Buenaventura, por poner su corazón en todo lo que hacen, y por inspirarme a amar mi trabajo y vivencia mientras esté aquí. Como todes elles dicen, más que un equipo, son una familia, y yo me siento parte de ella desde que entré por la puerta el primer día.

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