Ahora Jordania
Por Cristina Castro
Ha sido una llegada inesperada, y un tanto sinuosa. En un primer momento se estableció como idea de evacuación pasar un mes en Jordania a la espera de que la situación en Palestina se calmara. Nadie iba a imaginar por aquel entonces que Israel tenía decidido dar inicio al genocidio más catastrófico y vergonzoso del S.XXI.
Tras reevaluar la situación y confirmar con la oficina de Action Aid de Amán la viabilidad de nuestra acogida, se produjeron muchos sentimientos encontrados; por un lado la tranquilidad de saber que no teníamos que finalizar nuestro proyecto casi sin haberlo empezado, y por otro la pena de no poder volver a Jerusalén y tener que estar presenciando la barbarie de la guerra.
Pese a todo ello, tuvimos una rápida adaptación, ya que esta ciudad te envuelve.
Amán es una metrópoli muy peculiar, pues combina el caos y la rapidez de una gran urbe, con pequeños momentos de paz en los paisajes que se dibujan entre sus calles. Los atardeceres tienen un color mágico, y crean un aura muy especial durante los últimos momentos del día. Combinado además con la penúltima llamada al rezo de las mezquitas, pareciera que emerge una atmosfera espiritual te prepara para otorgarte tu momento de respirar y soltar todo el estrés o el ajetreo que hubieses podido experimentar a lo largo del día, para así dar paso a la noche y a las horas de descanso.
Sus edificios son de color arena de altura intermedia, hechos de bloques rectangulares. Sólo en la zona centro pueden apreciarse torres más altas y modernas, características de los distritos empresariales y áreas de negocios. Sin embargo, con facilidad se encuentran en sus alrededores comercios locales de venta de comida y café, dos cuestiones imprescindibles en las costumbres locales. Siempre hay una mezquita y un puesto de falafel y/o shawarma accesible para quien lo necesite.
Acercamiento cultural
Tras una cálida acogida en la oficina y unos días de reposo, ¡arrancamos con las clases de árabe! Aunque sin grandes expectativas, tener un mínimo de nivel para intercambiar pequeños gestos y palabras en el día a día hace posible el poder relacionarte de una forma más cercana con tus vecinas. Hemos elegido un pequeño centro cultural situado cerca de la ciudad vieja. Aquí, además de las clases hay gran variedad de actividades que nos han ayudado a expandir nuestro circulo social. Los viernes por ejemplo solemos hacer rutas de senderismo por otras provincias de la región, y así conocer todo lo recóndito que esconde Jordania. Ha sido relativamente sencillo hacer amigos, dado la amabilidad que caracteriza al carácter jordano.
Cabe destacar que la mayoría de la gente que aquí reside es de origen palestino o tiene vínculos familiares con la región. Esto ha hecho que toda la situación del conflicto la estemos viviendo de una manera muy presente y profunda. Las acciones de protesta se hacen notorias de forma diaria, al igual que se percibe en el ánimo y las miradas de las personas que nos rodean. Cualquier tipo de celebración se ha suspendido o reducido, como pueden ser las decoraciones navideñas de los barrios tradicionalmente con población cristiana. Los movimientos de boicot a las marcas asociadas al apoyo sionista son muy fuertes, viéndose desde hace 3 meses supermercado y cadenas de comida rápida totalmente desiertos. En definitiva, nos hace estar de alguna forma presentes día a día en el apoyo y la lucha civil contra el genocidio que estamos presenciando, más allá de las tareas que nos vinculan desde lo estrictamente laboral, y es algo que nos está marcando profundamente pero que estamos muy agradecidos de poder vivir y poder aprender de todo ello.
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