La lucha por la recuperación del espacio público bogotano: San Felipe
Por Saúl Reyes Segura
Bogotá es una ciudad inmensa cuyas posibilidades de ocio y cultura son infinitas. Sin embargo, como en muchas ciudades del mundo, especialmente americanas, los procesos de privatización, la maximización de la percepción del riesgo o la predominancia del uso del carro, han llevado a una gran reducción del espacio público vivible. Pese a ello, no son pocos los lugares de Bogotá que luchan por recuperar estos espacios para la gente de sus barrios y llenarlos de cultura e identidad.
San Felipe: Un barrio en evolución
Este es el caso de San Felipe, un barrio que he podido conocer de primera mano pues es donde vivo actualmente. Tras más de 5 meses viviendo en Bogotá, recientemente me mudé al barrio de San Felipe, y cómo yo mismo durante este periodo de voluntariado, pude comprobar que había llegado a un barrio en continúa transformación.
San Felipe es un barrio donde el arte y la cultura confluyen alrededor de su centro que es el Parque de la Araña. El barrio se destaca por sus fachadas de colores, sus calles pintadas, y las luces de neón que se toman los ventanales de llamativos locales que albergan a artistas con sus estudios, librerías, restaurantes y diseñadores que han ido estableciéndose dándole al barrio el carácter de ecosistema artístico. Ubicado entre la calle 72 y la 80 y entre la Av. Caracas y la 24, San Felipe nació en el siglo XIX como un barrio residencial en las periferias urbanas del norte de Bogotá. En 1992 se inició un proceso de zonificación que le dio al barrio el perfil urbanístico que ahora tiene: una mezcla de casas residenciales de perfil discreto combinadas de mercados, panaderías y talleres.
Transformar a través del arte
El barrio ha ido evolucionando al recibir nuevos emprendimientos de artistas y creativos que han impulsado su transformación para llegar a ser lo que hoy se conoce como el Distrito Creativo. Eventos como Noche San Felipe o el Festival Open San Felipe fueron pioneras en esta aventura de democratizar el arte; donde el público puede ingresar a las casas y negocios y descubrir diferentes expresiones artísticas y experiencias.
Perspectivas de crecimiento y desafíos futuros
Sin embargo, para mí, lo más interesante del barrio no es su tendencia a negocios artísticos o culturales, que de hecho muchas veces llevan a procesos como la gentrificación y la privatización. Lo más interesante del barrio es su intento porque el espacio público sea vivible. Para ello, en el barrio San Felipe, la alcaldía de Bogotá implementó la estrategia Barrios Vitales con la cual se generaron nuevas áreas de espacio público para facilitar el encuentro y la permanencia entre vecinos y visitantes del sector, lo que ha permitido potencializar las dinámicas culturales y comerciales, mejorar la seguridad vial y mejorar las condiciones ambientales de la zona. Este tipo de iniciativas brindan un espacio de entretenimiento a cielo abierto para visitantes y residentes que buscan un respiro en su ajetreada rutina.
La realidad es que este espacio se delimita a dos o tres calles alrededor del Parque de la Araña, y al pasear se percibe que es un oasis aislado que lucha por sobrevivir. No obstante, es necesario valorar el intento que realizan los dueños de sus negocios por salir adelante, los vecinos por organizarse, o servicios municipales como bibliotecas o centros culturales por llevar iniciativas a las calles del barrio. Ojalá que este oasis consiga no sólo sobrevivir sino extenderse alrededor de una ciudad tan llena de movimiento como es la capital colombiana.
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