Colombia, tierra querida – Eu Aid Volunteers
Por Cristina Fernandez del Valle
Colombia, es un país situado en la región noroccidental de América del Sur. Tiene una superficie de 1141748 km2 y según el Banco Mundial en 2021 contaba con una población de 51,27 millones de habitantes en todo su territorio. Su paisaje cuenta con zonas costeras, bosques tropicales, cadenas montañosas y zonas cafeteras, una multitud de paisajes que le confieren unos entornos únicos y maravillosos. La capital, Bogotá, se encuentra en un Valle que está a gran altura, concretamente a 2640m, lo que hace que tenga un microclima muy peculiar con abundantes
precipitaciones y parcialmente nublado la mayoría de los días.
Al menos, este ha sido el clima que me he encontrado en mi despliegue de 8 meses en la capital colombiana. El paraguas y la chaqueta ha sido un “must” en mi vestimenta diaria durante este tiempo ya que puedes vivir varias estaciones en el mismo día, pero casi siempre termina lloviendo.
El mal de altura también es algo importante para tener en cuenta cuando llegas nueva a esta ciudad, pues como explicaba antes, Bogotá se encuentra a una altura lo suficientemente significativa para que los primeros días te puedas sentir algo mareada y débil, sobre todo si asciendes al Cerro de Monserrate, que se encuentra a una altitud de 3152m. Sin embargo, una vez superada la altura y el clima “rolo”, palabra que en jerga local se utiliza para los bogotanos y las bogotanas, puedes comenzar a disfrutar de la ciudad.
Hay multitud de opciones culturales, desde museos, conciertos, exposiciones, mercados y parques para recorrer.
Suelen ser ambientes muy inclusivos y acogedores, donde te sientes una más en la ciudad. Durante mi despliegue como voluntaria de Eu Aid Volunteers he coincidido y compartido experiencias con compañeros y compañeras que se han convertido en amigas y confidentes. También he tenido la oportunidad de conocer a gente colombiana procedente de diferentes ciudades con las que he compartido eventos y tomado polas mientras charlábamos
apasionadamente de temas trascendentales. He descubierto y bailado su música y disfrutado de sus paisajes y belleza.
Además de todo esto, hay que sumar los aprendizajes a nivel laboral y personal que he adquirido estos meses, los proyectos de Ayuda Humanitaria que he visitado, las fundaciones locales, sus profesionales y las lideresas que hacen posible este trabajo. En definitiva, una experiencia gratificante que repetiría sin dudarlo dos veces. Porque Colombia es Tierra Querida.
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