Corredores humanitarios: desde Jordania a Palestina 

Por Miguel García Amorós 

Si preguntas a cualquier persona de Amman por su procedencia, lo más probable es que te conteste que viene de Palestina. Alrededor del 80% de la población de la capital de Jordania es palestina. Más de 2 millones de personas refugiadas palestinas registradas viven en Jordania.  No es de extrañar, por tanto, que la causa palestina esté tan presente en la cotidianidad de la sociedad jordana, mucho más si cabe durante los últimos meses. La devastación que vive Gaza no es indiferente a nadie aquí, porque no puede serlo. 

Este compromiso con la causa palestina es palpable en el día a día de la ciudad y del país. Las movilizaciones en solidaridad con el pueblo palestino son permanentes, y la población jordana exige un camino de dignidad y libertad para sus vecinos y hermanos palestinos. Se ha generado una atmósfera de compromiso que se traduce en multitud de iniciativas sociales y culturales que buscan apoyar a Palestina. Sin duda la ciudad y el país están angustiados y compungidos por lo que ocurre al otro lado de su frontera.  

Incluso se ha puesto en marcha una campaña de boicot generalizado a productos procedentes de empresas que prestan apoyo a Israel en su campaña de masacre en Gaza. Desde los últimos meses, es común ver los establecimientos de McDonalds y Starbucks completamente vacíos; y es prácticamente imposible encontrar un restaurante que te sirva una Coca-cola. Todo ello como muestra del rechazo de la sociedad jordana a su connivencia con el genocidido que se está perpetrando en Gaza.  

El abrazo de Jordania a Palestina  

 Más allá de los actos de reivindicación social, existe una preocupación y duelo personal por familiares y allegados. Pese a que para la gran mayoría de la población palestina que nieve en Jordania sea imposible visitar su tierra, los vínculos familiares y de fraternidad se mantienen y cultivan. Todo el mundo puede relatar de primera mano el horror que están viviendo sus familias en Gaza, pero también en Cisjordania, donde también se ha producido un aumento de la violencia de la ocupación desde octubre de 2023.   

También desde Amman Alianza por la Solidaridad está intentando dar respuesta a la emergencia humanitaria que se vive en Gaza. Juntamente con ActionAid Región Árabe, participa de los esfuerzos por generar un corredor humanitario que llegue desde Amman a Gaza, para dar apoyo al corredor humanitario establecido desde Egipto. Considerando la magnitud de la destrucción que acontece, cualquier esfuerzo que se realice desde el sector humanitario es insuficiente, sobre todo mientras no cesen los ataques y asesinatos de población civil inocente. 

Frente a una situación como la actual, y en un contexto en el que cada vez más emergen conflictos a escala global, es necesario que el sistema de ayuda humanitaria sea respetado, y se trabaje por su reforzamiento. La organización de la respuesta a una situación de emergencia es muy compleja, y requiere de la articulación de muchos actores, que hacen lo posible para paliar la catástrofe que les rodea. No obstante, desde el cuestionamiento, la criminalización y la falta de apoyos, su misión resulta aún más heroica. Poder formar parte de este engranaje y contribuir con mi aportación humilde está siendo una experiencia abismal. 

 

Una situación desesperada en Gaza  

 

Cada día que pasa, la situación en Gaza es más extrema. Ningún sitio es seguro en Gaza, ni en aquellos lugares indicados como seguros. No hay comida, no hay agua, no hay electricidad, no hay hospitales ni colegios. Cada día que pasa, la situación de las mujeres en Gaza es más dramática, sin tener acceso a servicios básicos de higiene, seguridad e intimidad. Cada día que pasa, los esfuerzos por proveer ayuda humanitaria a la población gazatí son más desesperados y críticos, sin que haya capacidad de hacerlo de forma segura.   

Es urgente no dejar de hablar sobre Palestina y no caer en retoricas que deshumanizan a la población palestina. Cada persona que ha muerto en Gaza posee la misma dignidad que cualquier otra, independientemente de su lugar de procedencia. En definitiva, se trata de trazar corredores humanitarios globales de reconocimiento sincero del otro, que estén trazados desde la empatía y la humanidad que nos debe despertar el sufrimiento de cualquier ser humano.  

 

Dar voz  

 

Resulta necesario también las escuchar historias que nos llegan desde Palestina, para poder conocer qué ocurre que viene ocurriendo desde hace ya tantas décadas en Palestina. Desde Amman intento hacerlo poco a poco, siempre desde la empatía y la curiosidad genuina. Hace algún tiempo tuve la oportunidad de compartir una cena con una familia palestina que vive en Amman. Cocinaron Maqluba, un plato reservado para reuniones familiares y celebraciones. La palabra maqluba significa literalmente “del revés”. La particularidad de este plato, hecho de arroz, berenjena y carne, reside en su presentación. Después de cocinarlo lentamente en una olla redonda y plana, se da la vuelta a su contenido, quedando los ingredientes en posición inversa a la de la preparación.  

Entre conversaciones sobre la causa palestina y relatos de vivencias de familiares en Gaza, nos explicaron que cocinar Maqluba implica la convicción de que a cualquier situación se le puede dar la vuelta; que todo puede cambiar a mejor. Inshallah. Inshallah Palestina pueda ser libre.  

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