El Creciente Fértil ya no lo es tanto
Jordania es uno de los diez países del mundo con mayor escasez hídrica. El aumento de población tras acoger a diversos pueblos expulsados de sus territorios como palestinos o iraquíes, el agotamiento de las capas freáticas, el cambio climático (y las consecuentes sequías) y el hecho de que su principal fuente de agua el río Jordán, pase primero por Líbano, Israel y Siria, (países con los que tiene que hacer equilibrios para mantener buenas relaciones diplomáticas), dejan a Jordania una situación bastante delicada.
Pese a todo, en casa de los voluntarios de EU Aid Volunteers tenemos agua y en la oficina normalmente también. Lo que quizás llama más la atención es que viene de unos tanques situados en los tejados de los edificios. En nuestra oficina cada miércoles viene un camión a rellenarlo y ha ocurrido más de una vez que, no sabemos si por olvido del camionero o por una escasez real nos pasemos algún que otro día sin agua.
A día de hoy la población que vive en Jordania puede contar con suministro de agua de forma más o menos regular, pero el futuro es poco prometedor. Entre las posibles soluciones se habla de lo que se llamó «El Canal de la Paz» que consiste en abrir un Canal que desalinizase agua del Mar Rojo para su trasvase al Mar Muerto (lago salino el cual según todas las estimaciones está condenado a desaparecer, y así hacer tristemente honor a su nombre). Este proyecto requiere de algo de lo que la región carece en demasía, que es estabilidad, pese a la voluntad de cooperación y apoyo de organismos internacionales, hoy en día parece que un proyecto de tal magnitud quedará en espera de mejores tiempos.
Otro problema con el que nos encontramos y nos preocupa es la calidad de los alimentos que tomamos, sobretodo frutas y verduras. Solo un 3% del territorio es cultivable, y la escasez de agua ha llevado a los pequeños productores a utilizar prácticas poco aconsejables para el desarrollo de un producto que cumpla con las garantías de salud. Los pepinos, tomates y berenjenas que se producen han visto su calidad afectada, y que te aconsejen poner unos pepinos a remojo con unas gotas de lejía da un poco de yuyu. El gazpacho no sabe igual con lejía, lo sabe todo el mundo.
Bromas aparte, desde Alianza Jordania estamos concienciados para hacer un uso racional de los recursos con que contamos y apoyamos a aquellas ONGs locales que están haciendo una labor ingente en formar a los agricultores y agricultoras, las cuales tienen un índice de aceptación mucho mayor que los hombres en la asimilación de nuevas prácticas. Uno de los métodos que más se está estimulando es la agricultura hidropónica, que supondrá un ahorro en el uso del agua y un mantenimiento de la calidad de los productos, lo cual es clave a la hora de asegurar un suministro sano y equilibrado en la región.
Los desiertos son hoy un atractivo para el visitante extranjero, pero dejarán de serlo si lo convertimos todo en un desierto.
Alain González
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