El rol de las supervivientes – Eu Aid Volunteers
Por Cristina Fernández
Con anterioridad a mi llegada a Colombia, nunca había trabajado al lado de una superviviente. Y mucho menos con una superviviente de trata de personas con fines de explotación sexual. Suponía lo importante que era tener a una lideresa dentro del equipo de trabajo, pero jamás percibí lo necesario, relevante y enriquecedor que es trabajar con ellas y cuan fundamental es su rol dentro del equipo multidisciplinar, hasta que llegué aquí.
Alicia, ha sido mi compañera y mi guía durante mi despliegue en Bogotá. Ha sido la encargada de inducirme sobre el sistema prostitucional, cómo funciona, porque funciona de esa manera, como se mueve, y quienes son los actores principales. También me ha enseñado a moverme por estos espacios de prostitución y como se debería hablar a cada actor involucrado. Alicia emana sabiduría y después de 6 meses de trabajo con ella, sigo aprendiendo algo nuevo cada día.
Su tortuoso camino empezó a la edad de 14 años siendo víctima de explotación sexual, para convertirse en superviviente y transformarse actualmente en una lideresa activista a través de su testimonio para realizar prevención y luchar contra la explotación sexual de las niñas, niños y mujeres.
Sin embargo, Alicia no es la única superviviente y activista que he conocido durante mi estancia en Colombia. Son miles las que han sido víctimas de esta lacra y decenas las que deciden luchar públicamente contra ella. En mi estancia en Colombia he tenido la suerte y el placer de conocer y escuchar a otras lideresas que han sufrido la explotación sexual de primera mano. Mujeres que han sido también víctimas de desplazamientos por el conflicto armado o migrantes venezolanas. Todas ellas han decidió transformar el dolor
y los traumas resultado de todas las violencias que han vivido para trabajar activamente en contra de las redes de trata y proteger los Derechos de otras niñas y mujeres.
Estas lideresas suelen ser contactadas por las entidades locales y las ONG´s de la zona para que identifiquen en los espacios donde operan las redes, a las niñas y mujeres que están siendo explotadas. El objetivo es identificarlas para acercarse a ellas y direccionarlas hacía estos organismos para que las ofrezcan las ayudas necesarias.
Son también ellas las que viajan a diferentes zonas del país cuando un organismo o incluso las propias familias las contactan para que realicen el rescate de una niña o mujer que ha sido captada y trasladada para explotarla sexualmente. Ellas no lo piensan ni un instante. Comienzan a buscar el próximo billete hacía la ubicación donde ha podido ser trasladada la chica y a planificar el rescate. Esa es la otra cara de la moneda de su liderazgo. Ponen todo su corazón, pasión y energía en los rescates arriesgando su propia vida para salvar la de otra. No solo su propia vida, sino la de toda su familia. La mayoría de las lideresas que realizan estos rescates han sido amenazas tanto ellas como su entorno en algún momento por parte de las redes de trata de personas para que abandonen esta labor y dejen de denunciarlo. Además, la mayoría relatan que nadie las ayuda económicamente en estos rescates, por lo que la totalidad o la casi totalidad de los gastos son pagados de sus propios bolsillos.
Se sienten desgastadas, sin apoyo económico ni emocional que las respalde y ayude a seguir en esta labor que tanto aman y en la que tanto arriesgan. Saben que, sin ellas, la labor de identificación y acercamiento se acabaría porque los propios profesionales no podrían entrar en numerosas zonas a las que ellas si tienen acceso. Y por ello continúan con su labor.
Pero es necesario interpelar a todos las organizaciones y entidades que se valen de sus historias de vida, conocimientos y valentía para comenzar a reconocerlas y valorarlas social, laboral y económicamente su trabajo. Porque es un trabajo. Es un trabajo que conlleva muchos riesgos, y como tal se debe tratar. No es empoderadorante que se mantenga a las lideresas en una precarización económica a través de la voluntarización de sus acciones porque el desgaste es enorme y la incoherencia de las entidades con sus principios son mayores.
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