Tierra, Paz y Solidaridad

Fotógrafa:

Giselle Sartori

Esta exposición se cuestiona e invita a reflexionar sobre lo que es y qué significa territorio para los pueblos afro, campesinos e indígenas de Colombia, un país azotado por el conflicto armado más largo de la historia de América Latina, donde la palabra “tierra” a menudo es sinónimo de disputas, exilio, memoria y abandono.

Sin embargo, es precisamente desde los territorios donde nacen los esfuerzos más tangibles tanto de construcción de paz como de reconstrucción del tejido social; donde se elevan las voces de los líderes y lideresas sociales en defensa de los derechos humanos; y también donde Alianza por la Solidaridad desarrolla sus operaciones humanitarias a favor de la población más vulnerable.

Es en este contexto, donde la íntima relación con la naturaleza que los seres humanos desarrollan en las distintas comunidades del Pacífico se está viendo afectada por el conflicto y los megaproyectos que amenazan la vida de los ríos, de los bosques y de las comunidades que en ellos, (y de ellos), viven, que Alianza por la Solidaridad-ActionAid asegura agua limpia y acciones de solidaridad para niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres y hombres de la Colombia más profunda.

Vereda de Brisas, Alto Mira y Frontera, Tumaco, Nariño (2020)

Las tomas de Alto Mira se hicieron para impulsar la financiación de un parque infantil comunitario por parte de UNICEF, debido a que en la vereda no había espacios seguros donde ellos pudieran jugar libremente.

Las fotografías con los NNA contribuyeron en ganar la financiación de la intervención social.

Alianza por la Solidaridad venía trabajando en la vereda de Brisas también en temas de agua y saneamiento, con la construcción de servicios higiénicos.

La falta de agua potable es un problema para la comunidad, porque la única fuente de agua potable es un río donde la población lava su ropa, recoge el agua para cocinar y bota sus residuos sólidos.

Unión Bakiasa, Resguardo Indigena Embera, Rio Opogadó, Chocó (2020)

Las fotos se han tomado durante una misión humanitaria con el consorcio MAPA (ahora MIRE), para testimoniar el trabajo de APS en el sector WASH.

En el resguardo, APS construyó y rehabilitó varias casas aguateras comunitarias, distribuyó entre la comunidad varios filtros para la depuración del agua, y llevó a cabo talleres de higiene personal entre la población. De hecho, los indígenas Emberas tienen como única fuente de agua potable el río.

Las mujeres son las que pasan mayor tiempo cerca de ello, lavando la ropa, bañando a los niños y recogiendo el agua para el uso doméstico.

Esta población vive constantemente amenazada por la actividad de los grupos al margen de la ley: enfrentamientos armados, violencia generalizada y minas antipersonal, obligan las personas a desplazarse o a vivir confinadas, sin poder acceder a los servicios básicos que necesitan, y aumentando el riesgo de vulneración de los derechos humanos.