La importancia de cuidar al cuidador
Por Alba Iglesias
El pacífico colombiano es naturaleza, pero de esas naturalezas puras. Tumaco, el lugar donde nacen las ballenas está lleno de vida, de manglares, de aves marinas, de playas de arena oscura, de los mejores atardeceres, del sonido de la marimba acompañado de un buen pescado encocado recién pescado.
Imaginaos cómo es la vida de un voluntario humanitario en este rincón colombiano. Pero el trabajo que se realiza aquí puede llegar a ser extenuante, ya que a veces la belleza de la región no acompaña a las realidades sociales de quienes lo habita. Años de conflictos, violencia y desplazamientos fuerzan a la gente de Nariño a vivir en situaciones muy desfavorables y nuestro trabajo aquí haciendo intervenciones en las comunidades y trabajando de la mano con asociaciones y organizaciones de la sociedad civil, nos puede llevar al agotamiento rápidamente. Aquí es donde entran los “cuidados al cuidador”, ya que todo el trabajo puede caerse si los responsables no están en condiciones de ejercer su trabajo.
La necesidad de los cuidados
Generar espacios seguros, donde compartir las experiencias o simplemente alejarse un día de la realidad, como el que se proporciona en la regional de Nariño, se vuelve indispensable y, desde luego, un privilegio. Tomar distancia te ofrece una mejor visión cuando te vuelves a acercar.
Y es que, a veces, cuando nos embarcamos en este tipo de situaciones, desde la completa posición privilegiada de la que partimos mucho de nosotros, creemos que nada de lo que hacemos o en lo que trabajamos tienen la capacidad de influirnos o afectarnos. Pero la realidad es que no es así, y muchas veces para cuando queremos darnos cuenta, los problemas nos han arrastrado. Por ello la importancia de los cuidados, de las herramientas de gestión emocional y de cuidar de uno mismo y entre nosotros.
Un respiro para las y los trabajadores humanitarios
Esta iniciativa que llevó a cabo Alianza-ActionAid para los trabajadores y voluntarios, y más en un sitio tan especial como Bocagrande, es un ejemplo de buenas prácticas y sobre todo de tener un interés real de cuidado hacia el personal. Fue una jornada con espacios para descansar, conocernos mejor entre todos, y de introspección, gracias a la guía de un profesional, que fue el encargado de impartir la jornada.
Poner el foco en estos asuntos del autocuidado es vital para el buen funcionamiento de una organización, creando procesos mucho más humanizados.
Algo que a priori puede parecer banal, pero que en mi caso me sorprendió gratamente. También supuso para mí, conocer mejor al equipo, en un ambiente que no fuera laborar, y que mejor manera, que, en la playa, avistando ballenas en el horizonte.
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