«Quien empuña unos tacos, no empuña un arma» – Eu Aid Volunteers
Por Neva Rubio
Marina Gamboa es gestora y promotora cultural, y ha dedicado su vida a salvaguardar la cultura ancestral del Pacífico Colombiano, a través de la promoción de la música, cantos, bailes tradicionales y bebidas ancestrales. Hace poco más de un año inauguró el primer Museo vivo de bebidas ancestrales Marina Mar, ubicado en Juanchaco. Este museo vivo permite conocer la historia y la memoria ancestral de las preparaciones típicas del Pacífico Colombiano de forma participativa y dinámica.
¿Cómo fue el inicio de Marina Mar?
La trayectoria que traigo con este emprendimiento es de toda la vida ya que es ancestral, porque mi mamá estilaba viche, mis tías… Yo vengo de una familia que siempre ha usado el viche en sus prácticas habituales de curanderas, parteras y cantadoras.
Respecto a las bebidas ancestrales siempre las he tenido, solo que no podía dedicarme a tiempo completo porque tenía tres negocios simultáneos. Gracias a Dios, al Ministerio de Cultura, la Secretaría de Turismo, la Escuela de Taller de Buenaventura, y a otras organizaciones como Alianza por la Solidaridad que me apoyaron con este emprendimiento hemos avanzado hasta montar este Museo vivo.
Y actualmente, ¿cómo funciona el Museo vivo Marina Mar?
El Museo vivo lleva abierto más o menos un año y en este momento tengo preparados veintiocho tragos diferentes, siete de ellos son de crema y el resto de trago. La diferencia que hay entre las bebidas de crema y las de trago, es que las primeras son alimenticias y el resto son medicinales y curativas. Cada una tiene una función diferente y ayuda a dolencias o necesidades específicas del cuerpo, la mente y el espíritu. Todas las bebidas están elaboradas a base de viche, que es un aguardiente de caña típico del Pacífico.
Este Museo vivo es un gran logro para mí y mi comunidad, dado que este negocio empezó como algo pequeño, y ahora nos hemos posicionado como un punto turístico central en Juanchaco y las comunidades colindantes, no sólo con las bebidas ancestrales, sino también como promotores de cultura, baile, tradición y de la naturaleza propia de la región, a través de Fundancestral. Nuestras ventas han aumentado y también estamos logrando dinamizar la economía del sector.
Usted ha nombrado varias veces la Fundación Fundancestral, de la cual usted es presidenta. ¿A qué se dedica está organización y cuál es su relevancia?
Esta fundación para mi es la casa de la cultura, donde mis muchachxs reciben clases de marimba, de baile, canto… Aquí recibo niños y niñas desde los cinco años hasta los dieciocho, o hasta que terminan el colegio y se tienen que ir, porque aquí no hay estudios superiores.
Llevo en este proyecto más de diez años y llevamos una secuencia en la que lxs jóvenes que aprenden luego enseñan a lxs que llegan; tengo alumnxs que ya son maestros y han hecho gira por el país. El objetivo es ocuparles el tiempo libre después de clase, para que no vayan a lugares que no les conviene o se relacionen con personas que no se preocupen por su seguridad. Y no solo les ocupamos el tiempo libre, sino que se reencuentran con sus raíces, con su cultura y saberes ancestrales.
¿Cómo ve el futuro de Fundancestral y Marina Mar?
Yo tengo varios sueños. El primero es convertir esta casa de la cultura en la casa de la cultura de todos y todas. Quiero una casa artística para todas las comunidades cercanas, para Chucheros, Ladrilleros, La Sierpe, Puerto España… que toda persona que quiera pueda venir a aprender y exhibir sus artesanías.
También me gustaría poder ofrecer una vejez más digna y un espacio de recreación a las personas de la edad de oro, que son las personas de más de setenta años. Me gustaría que pudieran salir de sus casas y venir aquí a trabajar en sus artesanías. Que este espacio se convierta en un lugar de intercambio, donde ellxs puedan darnos esa universidad andante que tienen guardada en su cerebro, y se la puedan transmitir a nuestrxs niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Por último, quiero seguir mejorando las instalaciones de Fundancestral para poder acoger personas voluntarias que deseen aportar, y también poder alojar a artistas que vienen a dar las clases o participar del festival Mar y Marimba de Juanchaco.
Cuénteme más del Festival Mar y Marimba…
Es un festival muy bonito que Fundancestral viene apoyando desde que nació, en el 2014. Se celebra a mediados de octubre, coincidiendo con el cierre de la temporada de ballenas. Es un festival folclórico que ayuda a visibilizar la cultura y el trabajo de nuestras comunidades, a través de la música, el baile y el canto tradicional.
El festival recibe a muchas personas de todas partes del mundo y a veces esas personas no solo se enamoren del festival, sino también entre ellxs. Así como las ballenas vienen aquí a tener sus crías, las personas también se enamoran y se casan cuando llegan aquí.
Y por último, ¿qué más le gusta a hacer a Marina?
Mi pasión son los niños, niñas y adolescentes, el sonar de la marimba, tocar instrumentos… Me fascina también sembrar matas, porque algunas de ellas me sirven para preparar mis bebidas.
Mi razón de ser es seguir fortaleciendo los entornos protectores de NNAJ, por eso hago un llamado a toda persona u organización que nos quiera apoyar. El universo no se queda con nada, cuando nosotrxs damos, recibimos y recibimos de lo alto. Erradiquemos la violencia apoyando a los que son más pequeñxs que nosotros, así haremos cadena y tendremos comunidades en paz.
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