Tariquía, no se toca 

Por Arnau Bertran Manyé 

 

Salimos del avión, y el sol nos toca. Ese rayo de luz que calienta el planeta tierra, y que, sin él, nada de todo esto sería posible. Nos dirigimos, una vez realizamos nuestra salida del aeropuerto, hacia la ciudad de Tarija. Es ahí, donde haremos la socialización del estudio: “En Defensa del Corazón de la Tierra.” 

Puede que el título del estudio suene un poco dramático, pero os lo aseguro que no lo es. En la investigación que llevamos a cabo con el equipo consultor que contratamos, exponemos hallazgos que tienen como propósito defender justamente lo que dice el título del proyecto: el corazón de la tierra. 

El corazón de la tierra 

El corazón de la tierra pueden ser muchos lugares, pero en nuestra investigación nos referimos a Tariquía, una reserva natural de fauna y flora que se encuentra en el departamento de Tarija, Bolivia. 

¿Quién defiende, pues, Tariquía? Y lo más importante ¿por qué Tariquía debe ser defendida? 

Sin ningún tipo de sorpresa, son las mujeres quienes defienden el corazón de la tierra. Y su causa es muy justa: estas mujeres evitan que las petroleras entren en la reserva para la extracción de sus recursos naturales. 

Son muchos los argumentos políticos y neoliberales que han llevado al expresidente Evo Morales a dejar entrar a las petroleras para realizar exploraciones en búsqueda de recursos de hidrocarburos en la reserva natural de Tariquía. Pero lo que se han olvidado, tanto él como el resto de los políticos, es de que hay tratados, leyes, y regulaciones en oposición a semejantes atrocidades para el ambiente. De hecho, el trabajo de las defensoras ambientales ha sido crucial para impedir que exploten la reserva natural de Tariquía, pero ha sido recientemente cuando se han descubierto 230 billones de pies cúbicos de gas en un pozo de la reserva1, y pues las defensoras ambientales tendrán que continuar sus esfuerzos para evitar el desgarro de la naturaleza. 

Las cicatrices de los combustibles fósiles 

¿Por qué digo, que las exploraciones y las actividades de las petroleras son desgarradoras para la naturaleza? Porque, como bien han testificado las defensoras ambientales en el estudio, las actividades extractivistas contaminan el aire, deforestan los bosques, matan a la fauna y a los animales, y lo más importante de todo, intoxican el agua. 

El agua, que es un elemento sagrado para la vida, y, es más, nosotros mismos venimos de ella, sin mencionar que aproximadamente el 70% de nuestros cuerpos está compuesta de esta, se vería afectada por las acciones de las empresas que extraen recursos naturales de la tierra. 

En este contexto, las mujeres de Tariquía, se han puesto manos a la obra y han querido defender lo que es sagrado. Justamente porque Tariquía se proclamó ser una reserva protegida por la biodiversidad que engloba en el 1989, llamamos a su defensa la defensa contra la explotación de uno de los corazones de la tierra, y para ellas, las defensoras, el corazón de la tierra, ya que es el único que conocen, el único que aman, y el único que se han propuesto defender. 

Hablar de la defensa de algo, implica que algo está siendo amenazado. Por mucho que sus esfuerzos – los esfuerzos de las defensoras ambientales – hayan dado sus frutos, no hay justificación alguna para bajar la guardia, como bien se ha mencionado anteriormente. Al contrario, los movimientos globales que están habiendo con relación a las nuevas políticas de estado, como la creciente ola de populismo y gobiernos de extrema derecha siendo elegidos, me da a mí que debemos reconocer aún más, y ser más persistentes, en la defensa de la naturaleza y del cuidado del medioambiente. 

Mujeres y tierra 

La socialización del estudio se visibilizó a través de varios medios de comunicación, en las radios locales y en la televisión. La principal causa del evento que organizamos desde Alianza-ActionAid fue dar aún más fuerza y más voz a las experiencias de las vulneraciones que las defensoras ambientales habían sufrido en relación con sus derechos por proteger a Tariquía. 

En el evento, conocí a varias de las mujeres que han defendido y defenderán al corazón de la tierra, y sus historias me secuestraron de mi propia realidad: entendí que, para ellas, el ambiente no es un sistema en el cual los seres humanos nos hemos desarrollado en, ni tampoco es un ciclo de alimentación y retroalimentación como es la cadena del carbón para justificar la supervivencia de los conocidos ecosistemas naturales, sino que el ambiente para ellas es su casa – una casa en la que habitan, y pues, viven en. 

Cuando las veía a distancia, desde mi cámara fotográfica ya que estaba produciendo contenido para luego poder difundir en nuestra campaña comunicacional del proyecto, sólo podía ver sus vínculos como vínculos de fraternidad. Es ahí cuando entendí, que su lucha nunca sería una lucha solitaria, sino más bien al contrario, es una lucha conjunta compuesta por las comunidades en las que habitan, y entre ellas mismas. 

No luchan como amigas, sino como hermanas. Y ese mismo vínculo, a mí a ver, es su propio centro de protección, de coalición, de fuerza, que hace que las impulse a defender aquello que es sagrado. Por lo tanto, no, Tariquía, no se toca. 

Referencias 

  1. YPFB descubre 230 Billones de Pies cúbicos de gas en Tariquía y Alista el Desarrollo del Campo (2023) Los Tiempos. Disponible en: https://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20231218/ypfb-descubre-230-billones-pies-cubicos-gas-tariquia-alista-desarrollo (Accedido: 20 December 2023). 
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