Una letrina, la base del derecho al saneamiento y de una vida digna

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En los días del 15 y 16 de marzo, mi compañera Marie-Pierre y yo, voluntarios en Alianza por la Solidaridad dentro del programa EU Aid Volunteers, fuimos a apoyar el equipo de ADEES (Asociación para el Desarrollo Eco Sostenible), nuestro socio local, en la elaboración de un diagnóstico sobre el estado de las letrinas en la comunidad de El Genízaro, en el municipio de Villanueva, en Nicaragua. La actividad surgió de un acuerdo entre ADEES y Alianza por un lado y la alcaldía de Villanueva por otro, donde la segunda se comprometía a financiar y realizar la reestructuración de las letrinas de la comunidad, gracias a un análisis detallado llevado a cabo por las organizaciones. Esta iniciativa es particularmente importante adentro del Convenio PARAGUA, que Alianza, en colaboración con ADEES, está implementado en 10 comunidades del municipio de Villanueva para mejorar el acceso al agua potable y fomentar la conservación de las cuencas de agua, porque cumpliría con una parte de saneamiento fundamental para limitar la contaminación del medio ambiente y de las cuenca hídricas.

El día 15 de marzo nos despertamos a la 4.30 de la madrugada. Afuera estaba oscuro, y, sin embargo, la población de Somotillo (pequeño pueblo en la frontera con Honduras donde estamos ubicados) ya empezaba a despertarse y a trabajar en lo suyo. Es normal para la gente local empezar el día a esta hora. Esta región forma parte del llamado «corredor seco» de Nicaragua, caracterizado por una fuerte aridez y temperaturas muy altas que en esta temporada llegan a los 42 grados, así que cualquiera actividad debe ser desarrollada durante la madrugada o en la mañana temprano. Así decidimos hacer nosotros, para cumplir con nuestras visitas en las comunidades rurales del municipio. Especialmente en esta ocasión era importante salir muy temprano, porque teníamos que recorrer toda la comunidad, caminando casa por casa, porque en la mayoría de las partes de la comunidad no era posible pasar con el coche. Después de haber reunido todo el equipo (tres personas de Alianza y tres de ADEES), a las 6.30 de la mañana ya estábamos adentro de la comunidad empezando con las primeras entrevistas.

17265233_1856707031021880_5607969617927565730_nFue un trabajo muy duro, extremamente intenso. Las familias en total fueron 98, 38 el primer día y 60 el segundo. En la comunidad, las casas no están concentradas en un solo punto, por lo que para llegar a algunas, tuvimos que caminar bastante, en algunos casos horas. En esta ocasión nos damos efectivamente cuenta de cuán duras y precarias son las condiciones en las que vive la población, considerando que las mujeres de cada familia tienen que trazar este recorrido cada día solo para traer agua a casa; y cómo de revolucionario será el cumplimento de las actividades del Convenio PARAGUA, que, a través de la construcción de pozos y tuberías adecuadas, llevarán agua potable en cada hogar.

Desde un punto de vista higiénico, la situación que encontramos en las letrinas no fue mejor. De las 98 familias visitadas, 18 no tenían ningún tipo de letrinas y utilizaban el aire libre para realizar sus necesidades, contribuyendo de esta manera a la contaminación del medio ambiente y del agua en la cuenca. Además, de las 80 letrinas existentes, 22 letrinas tenían el hoyo totalmente lleno, hasta que en 6 casos identificados es totalmente imposible utilizarlas durante la temporada de las lluvias (meses de mayo y junio), cuando se llenan completamente de agua, obligando a las personas a utilizar los campos abiertos. El número de letrinas en perfecto estado es muy bajo –un tercio de las existentes–, y en todos los otros casos, además de los problemas mencionados, faltan partes de la estructura, como puertas, techos, tuberías de ventilación… que suponen relevantes problemas higiénicos.

Personalmente, lo que me ha impresionado más ha sido ver las condiciones de algunas letrinas en particular: en cinco casos nos hemos encontrado frente a letrinas viejas, de 20 años o más, construidas totalmente de madera y que con el tiempo han empezado a pudrirse. En estos casos, donde las condiciones higiénicas son prácticamente inexistentes, las letrinas han empezado literalmente a hundirse dentro de su propio hoyo. Ha sido impactante para mí escuchar a estas personas, que tienen miedo en utilizar su propia letrina, porque podría hundirse totalmente de un día al otro.

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De todas maneras, y a pesar de los momentos impactantes, ha sido una experiencia particularmente intensa, también porque tuvimos la oportunidad de entrar físicamente en cada casa de la comunidad, presentándonos y entrando en contacto con todos los componentes de cada familia. Esto ha sido para nosotros extremamente importante, sobre todo para seguir implementado nuestro proyecto de una manera más concienciada.

Tommaso Fornai

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