Adaptarse a un nuevo país: entre el choque cultural y la apertura mental 

Por Fany Orengo 

Adaptarse a la cultura de un país al que nunca fuiste, donde estás aprendiendo el idioma y donde la cultura es diferente de la tuya: ¿un desafío? Para la mayoría de nosotras, voluntarias, al llegar a un nuevo país, esto es una tarea fundamental en que invertir tiempo y energía para poder entender e integrarse en la sociedad del país. 

Obviamente, la adaptación es algo de muy personal y diferente para cada uno, así que solo puedo contaros mi propia experiencia después de un mes aquí en Bogotá, Colombia. Cada vez que viajo, decido ser abierta y hacer todo lo que puedo para descubrir lo más posible de su cultura. Por eso, una de las cosas más importantes para mí es conocer gente local que quiera compartir su cultura conmigo. 

Conociendo gente local 

Conocer gente local en otros países puede ser diferente respecto a nuestro país de origen. Aquí en Colombia, la idea para buscar amigos colombianos fuera de la oficina eran salir a bares y eventos festivos, tomar clases de baile o deporte, participar en eventos culturales, etc. Y ¡ha funcionado!  

Así, hemos podido conocer a varias personas que nos contaron lo que significa para ellos ser colombianos. Por ejemplo, costumbres religiosas como encender velitas del 7 al 8 de diciembre en honor a la virgen María, hábitos alimenticios como mezclar queso con chocolate caliente y un idioma que difiere del español al que estamos acostumbrados en Europa. 

Entonces, ¿es un desafío o no? 

Adaptarse a la cultura de un nuevo país requiere esfuerzo, curiosidad y una mente abierta. También significa cambiar tus hábitos para encajar en una sociedad y vivir lo más cerca posible de ella. Así que sí, a veces puede ser un reto, pero también es un placer descubrir cosas nuevas y conocer gente nueva. Lo más importante es permanecer abierto a lo nuevo, escucharte a ti misma y disfrutar de cada momento de descubrimiento en tu nuevo país.