La servidumbre del turismo 

Por Alba Iglesias Prieto 

 

El voluntariado es una oportunidad única, y entre todas las cosas que aporta, la posibilidad de viajar en el país de acogida es una de las más importantes. En el caso de Colombia más aún, ya que quedarse sin conocer su diversidad natural, de personas, sería quedarse en una Colombia muy superficial. 

Explorando los Destinos Turísticos Tradicionales

Aprovechando esa oportunidad que el voluntariado nos brinda, hicimos un viaje a la costa del caribe colombiano durante estas navidades. Seguramente una de las zonas más turísticas del país: Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, el Parque Natural del Tayrona, entre otras regiones. Y que belleza de lugares, los barrios coloniales de Cartagena, la vida nocturna de Santa Marta o el Tayrona, donde ya solo con entrar te deja sin palabras. Pero en esas regiones hay otros lugares que también están viviendo el fenómeno del turismo o gentrificación. Son el caso de Minca o Palomino, en la región de la Guajira.  

En estos pequeños municipios, muchos de ellos lugares que han salido recientemente de situaciones de violencia muy graves, se han centrado en atraer a turistas, sobre todo de Europa, Estados Unidos y Asia, creando restaurantes, que poco se parecen ya a los tradicionales. Todo esto en poblaciones que apenas tienen habitantes. Pueblos y ciudades enteras, que se modifican y adaptan para que el que viene de fuera, encuentre lo que quiere y se encuentre más cómodo. 

Impacto del Turismo: Reflexiones sobre la Autenticidad y la Gentrificación

Paseando por Palomino, rodeada de hotelitos que siempre están llenos y restaurantes que doblan los precios normales, con decoraciones muy “occidentales”, te encuentras con personas de las comunidades indígenas de la zona, que llaman evidentemente mucho la atención, que parece que son los que no “pegan” en el lugar, cuando la realidad es que es SU territorio. Supongo que no dista mucho de lo que sucede con Mallorca, ¿no? Lugares que se vuelcan al servicio del turista.  

Y mi pregunta real es, en un sitio que dejó de ser real, ¿qué es lo que buscamos los turistas ? ¿Buscamos donde sentirnos cómodos con un ambiente más semejante al nuestro? ¿Se puede conocer realmente un lugar, a su gente, cuando se han visto moldeados a la imagen y semejanza de los turistas? ¿Qué tipo de turismo queremos impulsar?

Yo, desde luego no cuento con estas respuestas, pero me parece interesante hacer esta reflexión, comprender el impacto real que genera el turismo en las poblaciones, y que es realmente lo que pretendemos ver cuando llegamos a ciertos lugares. Como afortunada que ha podido ver la Colombia más rural, o la más alejada del turismo internacional, muchas veces me pregunto estas cosas, y me alegra haber conocido sitios que conservan su esencia, lo cual no compite con buscar el propio desarrollo de los territorios. 

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